EL AGUA… Y LA POLÍTICA
Lo acontecido en los últimos días con el servicio de agua potable (accidente, trabajos inmediatos, reflejos del Intendente y rol de los técnicos y operarios de OSSE, en paralelo con la reacción de los medios y, en lo que se pudo apreciar, de la población damnificada por los cortes), deja tela para cortar en este momento tan político.

Una eventualidad grave entonces que lo que permite juzgar realmente es la eficiencia de los esfuerzos desarrollados para poner remedio a la situación y también rastrear algunos otros detalles que complementen ese primer análisis.

Nobleza obliga, las actuaciones ante el desastre, tanto del intendente Pulti como del personal todo de OSSE, no dejan mucho espacio para la crítica. El Intendente se constituyó desde el primer momento en el lugar de los trabajos y se ocupó personalmente en dirigir el equipo de colaboradores que evaluaron situación en los sectores afectados y localizaron los camiones cisterna.
Si recordamos, por ejemplo, las inundaciones santafecinas y el incendio de Cromañón, con dos políticos experimentados como Reutemann e Ibarra que lejos estuvieron de ponerse al frente de la tarea y la contención, podemos concluir que nuestro Lord Mayor supo hacerlo sin mayores aspavientos.

Realmente digno de encomio fue la reacción de técnicos y operarios de OSSE, no solo por su esforzada y eficiente tarea en el teatro de operaciones sino también por la paciencia y calidad humana con que desarrollaron las tareas paralelas de provisión y atención de reclamos.

No abundan las oportunidades en que se pueda ser encomiástico con la tarea de organismos del estado (municipal en este caso), y cuando sucede, no es malo hacer público lo que se hace bien. Y es subalterno callar y pegar enancándose sobre lo que todavía no se ha podido hacer sin considerar los esfuerzos que sí se están haciendo.

Cuando termine la emergencia habrá que estudiar mejor el plan de contingencias y como estar cubierto para situaciones de este tipo (si es que se puede), profundizar el análisis de las causas, el costo incurrido y trabajar sobre las posibles mejoras.

Hoy cabe ser moderado y responsable y abstenerse de echar leña al fuego aprovechando una excepción y media: la primera, que se haya producido un accidente de tal envergadura; la otra, que se pueda hablar bien del gobierno municipal.