Y SI A LA POLÍTICA LE SUMAMOS LA INGENIERÍA?
 
A raíz de las declaraciones de un concejal, opinando en particular sobre la necesidad de realizar un estudio técnico respecto a la capacidad estructural de la escollera norte para trasladar allí los boliches de Alem, hemos realizado un somero análisis de la misma por la simple aplicación de principios de la ingeniería.
 
Como nobleza obliga, vale el comentario que no somos conocedores en profundidad de las especificaciones técnicas de esta escollera, pero para hacer un análisis previo entendemos que no hacen falta demasiados conocimientos estructurales específicos de la misma.

En general puede decirse que una escollera es una estructura que protege a los puertos de las tormentas que vienen desde mar abierto. Su función es destruir la energía del mar para que la misma no pase a la zona portuaria propiamente dicha.

Para destruir esta energía, las estructuras a emplear deben poseer el peso suficiente de modo tal que no puedan ser movidas, lo que se logra con piedras y bloques de hormigón, que por lo general están sin armar (pues no necesitan armadura, ya que si se rajan, no generan problemas, dado que cumplen igual su función que es hacer de barrera contra la energía de las olas).

Para avanzar supongamos que la escollera sobrepasara en altura unos 10 metros sobre el nivel del mar.

Sin conocer la profundidad exacta de la escollera, supongamos que como mínimo debe ser un poco mayor a la profundidad del puerto en ese lugar, pues sino podría haber un desmoronamiento hacia el interior que la pudiera hacer colapsar.

Pongamos que esta profundidad sea de 10 metros. Entonces 10 metros para abajo, y 10 metros para arriba, hacen aproximadamente 20 metros de espesor de piedras y hormigón.

Si la densidad del hormigón es 2200 kg/m3, resulta que:

2000 kg/m3 x 20 metros de espesor = 40000  Kg/m2, carga que llega al suelo.
 
Esto es, 40 toneladas/m2, o 4 kg/cm2.

Cuando se construye una escollera, por arriba de la misma van pasando grúas y camiones gigantes capaces de transportar y colocar las piedras y los bloques de hormigón, lo que le da una compactación adicional.

Para realizar un predio preparado para estacionamiento, según reglamento, se requiere contar con una capacidad de carga de 250 kg/m2.
Por tanto, el porcentual de 250 kg/m2 en 40000 kg/m2 resulta en un incremento del 0,625%, por lo que desde el punto de vista de la ingeniería del sitio, la carga de los autos es totalmente despreciable frente al peso propio de la escollera.

Respecto a la posible edificación, podríamos considerar que entre peso propio de la estructura nueva y la carga útil para un uso genérico, la carga estimada podría ser la siguiente:

Peso propio 30 cm de espesor promedio de hormigón armado: 750 kg/m2.

Carga útil de un local para salón bailable: 500 kg/m2.

Esto da un valor de 1500 kg/m2.

Si además consideramos que el techo es de hormigón y se hacen dos niveles, como mucho podrá tener una carga total de 2000 kg/m2.

Haciendo la relación porcentual de estos 2000 kg/m2 en los 40000 kg/m2 que tiene de peso la escollera (que, reiteramos, es un valor muy conservador), se estaría incrementando en un 5% la carga que llega al suelo de la escollera.

Pero en esto no se ha considerado que la superficie superior de la escollera es menor que la base de la misma. En general el ancho superior de la escollera suele ser menor en 10 a 15 metros menos para cada lado del ancho inferior.

Con este aumento de superficie la tensión en el suelo no puede ser superior al 2 o 3% de la carga que hoy soporta el suelo, producido por el peso propio de la escollera.

Como además, cuando se hace un estudio de suelo se considera un coeficiente de seguridad a la rotura de entre el 2,5 y 3 veces, el resultado de aumentar un 2 o 3% el peso, con seguridad que al suelo no le genera diferencias.

Como conclusión, entendemos que la opinión vertida pudo haber sido hecha sin ninguna evaluación o idea de lo que una estructura es, y sin aplicar el sentido común de los pesos de las estructura.

Para poder hacer un estudio un poco más profundo, es necesario contar con los  planos de la escollera, y a partir de allí hacer un informe con fundamentos concretos.

Por consultas realizadas a profesionales especializados en cálculos de estructuras, una tarea de estas características no debe ser muy cara, aunque se trate de un estudio de suelos en el mar.

Por último, y no menos importante, si la distribución sugerida por el Plan Estratégico es la ideal, o si la posibilidad de ubicar estos servicios en otro sitio tal como puede ser Punta Mogotes es mejor (lo que no es nuestro caso), es algo que se escapa al fondo de este análisis, ya que lo que se ha pretendido analizar son las eventuales razones técnicas que podrían marcar la inviabilidad de la radicación.

Y por supuesto, para que las cosas viables sean las mejores tenemos, entre otras, las herramientas de la ingeniería, que nos pueden ayudar a que ambos conceptos sean ciertos en forma simultánea.