UN INTENTO DE PASO ATRÁS


¡Qué lejos estamos de la racionalidad y del respeto al usuario!


Los empresarios del transporte vienen nuevamente al ataque con una propuesta ya rechazada por el Concejo Deliberante: pretenden instalar las ya famosas y antiguas monederas que un día compraron y que comenzaron a instalar (antes de pedir autorización).

Ateniéndose solamente a los aspectos técnicos y de seguridad los ediles habían rechazado esta posibilidad, y no sabemos si sospechaban, además, del posible aumento que de hecho la falta de vuelto iba a comportar.

Hoy, cuando en todos lados en que el sistema aún persiste se está queriendo salir de él, (tal como el caso de la línea que en nuestro medio funciona dependiente de la provincia) y agravado el tema por la falta absoluta de monedas, insisten sospechosamente en su pedido, disfrazado ahora de “sistema complementario”.

La Comisión de Transportes recibió informes “in voce” al respecto.

El titular de la Asociación Bancaria resaltó el problema real que existe con la falta de monedas y la imposibilidad de su corrección al menos en el corto plazo.

También se consultó a la UTA, sindicato que, tras la muerte de un chofer, había reaccionado fuertemente exigiendo que se abandonara la posibilidad de llevar dinero a bordo de los vehículos.
Resultó sugestiva su actuación actual: en el informe escrito estuvo de acuerdo con las monederas. En el que efectuara ante los concejales no fue ya tan claro y su representante desgranó linduras como que, de seguir con el obsoleto sistema actual, cada vez que una máquina lectora no anduviera “… paro el coche, bajo a todos los pasajeros y me voy a la base y allí me quedo hasta que la arreglen…” o “…voy a parar todo el transporte hasta que no encuentren solución, porque nosotros somos los que tenemos que dar la cara…”. También planteó que, (en los casos en que las máquinas lectoras funcionan mal), “si dejaran viajar gratis a la gente pierden su trabajo o al chofer le descuentan el día al cobrar el salario”….
También se refirió al pasar que implementar un sistema superador como el de las tarjetas de aproximación, llevaría un año.

Al respecto, una de las firmas que proveen el servicio nos dijo que, según co-mo se hicieran llegar los elementos, el tiempo sería de dos o tres meses (tiempo coincidente con el que llevó instalarlas en la ciudad de Córdoba).

En definitiva: las monederas son un sistema obsoleto, máxime si se trata de unidades de tecnología superada como es en este caso; no hay monedas suficientes en plaza; se puede sospechar que su implementación significaría para los usuarios, en muchos casos, tener que “redondear” el precio del boleto… para arriba; impiden los controles que aportan otros de mayor tecnología; y además significarían volver a una situación que genera mayor inseguridad para chóferes y usuarios.

El sistema tecnológicamente avanzado y ampliamente superador del actual, tal como es el de la tarjeta de aproximación, se puede implementar con mayor economía que el sistema “dual” que proponen los empresarios y en menor tiempo que el que pueda insumir la creación de la comisión (que sugierera el sindicato) y el correspondiente tratamiento del tema.

Por eso nos preguntamos:

¿Qué es lo que queda por discutir?