La reciente visita de los concejales integrantes de la Comisión de Transporte del HCD afirmó las convicciones que guiaron a nuestro sector a incluir cláusulas particulares para votar la última ordenanza tarifaria.

Pudo observarse, en las pruebas reales del funcionamiento del sistema GPS, la prevista oportunidad de control de variables: frecuencias reales, cantidad de unidades en el servicio, kilómetros reales recorridos, etc. que han de permitir su adecuada mensura a un sinnúmero de efectos de los cuales no es menor el de permitir un adecuado empleo de la metodología de costos para la fijación del cuadro tarifario.

 Mucho es lo que se ha hablado y escrito cada vez que se ha “aumentado el boleto”, fruto de las denuncias cruzadas de usuarios, políticos y empresarios. Muchas de estas últimas referidas a la propiedad de los datos empleados para el cálculo de la tarifa. La imposibilidad de controles adecuados por parte del poder político ha dejado siempre sospechas de irregularidades y aún de corrupción y una definitiva dificultad para saber lo fundado o no de las mismas.

El desarrollo y universalización (a todas las unidades del sistema) de los controles que permite el GPS ha de terminar develando el comportamiento de todas las variables, cristalizando servicios y métodos de cálculo. Así lo pensamos y así parecen confirmarlo los primeros pasos ya dados.