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El presidente arriesga que "en octubre se va a volver a discutir si el cambio que se ha emprendido es algo en lo que se cree o si se quiere volver al populismo y al aislamiento de la Argentina". También se despega de la responsabilidad de la inflación y retoma la defensa de Arribas, señalado por cobrar coimas de Odebrecht.

Por Gabriel Eiriz

A Macri las cosas con no le están saliendo como esperaba, al menos en materia de reconstruir su imagen de cara a los próximos comicios de octubre. Está claro que su proyecto se consolida rápidamente y los socios del poder se la están llevando en pala. Pero la sociedad abrió los ojos antes de lo esperado y peligra la continuidad del denominado “Cambio” que buscó instalar nuevamente la línea económica de Martínez de Hoz.

En una charla que el Jefe de Estado mantuvo con Clarín en Dubai, se desnuda lo que será de aquí a octubre el nuevo relato que el macrismo buscará instalar en la opinión pública, con la complicidad de los medios que responden al gobierno, para garantizar un triunfo en el plebiscito de octubre donde se definirá si los argentinos están dispuestos a seguir tolerando los embates económicos que hambrearon al pueblo, el endeudamiento descontrolado, las arremetidas contra las políticas de Derechos Humanos que se consolidaron durante el kirchnerismo y el uso sistemático del Estado para beneficiar a familiares, socios y amigos de los Macri o, si se pone un freno a esta verdadera rifa del país.

Según relata el presidente no hay dudas que Argentina pero remarca que “para que los resultados del crecimiento alcancen a toda la población hay que crecer muchos años seguido, entonces hay mucha gente que todavía no percibe esta mejora. Pero la realidad es que la Argentina está creciendo y se ha abierto a un proceso de inversión. Esos procesos de inversión llevan tiempo, lo importante es que cada día estamos un poco mejor”

Y vuelve a retomar el verso de “hay que trabajar todos juntos en forma coherente para que este proceso vaya lo más rápido posible. Yo me voy a dormir todas las noches pensando en la cantidad de gente que todavía no percibe las mejoras”.

Además ya empieza a recular con el tema de la inflación y responzabiliza directamente al Banco Central sobre las metas dispuestas para este año, que ya todos saben que son de imposible cumplimiento.

“Estamos todos comprometidos en el tema -bajar la inflación- porque sabemos que es lo que más les pega a aquellos que menos tienen. Y somos optimistas en que vamos a tener en la segunda parte del año una baja importante de la inflación, ya que, por empezar, no tenemos aumentos de tarifas, que tanto impactan en los índices”.

Ante el requerimiento que defina cuál será el índice para este año, Macri se abre de gambas y responde “No me gusta hacer pronósticos. Lo que digo es que tenemos que llegar a bajarla a un dígito para 2019. Ese es el compromiso”.

“El Banco Central sigue siendo optimista”, dice el presidente en cuanto a la meta proyectada, pero cuando le señala la posición del gobierno, insiste en que “El responsable primario de la inflación es el Banco Central”.

-Volviendo al plano internacional. ¿No siente que le exigen mayor presencia a la región en la crisis de Venezuela y especialmente a usted?

Sobre la contienda electoral ratifica que “Los argentinos tenemos que confirmar la vocación del cambio. Acá en octubre vamos a volver a discutir si el cambio que hemos emprendido es algo en lo que creemos y en lo que estamos dispuestos a trabajar en el largo plazo o si queremos volver al populismo y al aislamiento de la Argentina”.

Y al ser consultado por el escándalo del titular de la AFI, Gustavo Arribas, señalado por recibir coimas de Odebretch, otra vez Macri vuelve a defender a su íntimo amigo “No me preocupa. Para nada. La información que ha presentado Arribas está clara y creo que ya ha dicho todo el ministro Garavano sobre qué está sucediendo con un sector de la Justicia”.

“La pregunta es quién es Meirelles. Esa es la pregunta”.

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