OTRA VEZ SOPA…. ENVENENADA
En una particular versión de “la parrala” los concejales de Acción Marplatense, en comunión con los inefables Alonso (Concertación Plural) y Fernández (Batan K), volvieron con las monederas.

Claro está, esta vez humildemente, casi intrascendentemente: solo solicitaron… y lograron, que se autorice una prueba, en diez unidades (finalmente de la línea 581) por un lapso de 60 días.

Afortunadamente no lograron avanzar sobre la formación de una comisión de expertos o “actores que tenían algo para decir con conocimiento” como había solicitado el señor Secretario del sindicato UTA.

La discusión fue ardua… y vergonzante para los que escuchaban con algún criterio de verdad: ¿De que se discutía realmente? ¿Qué intereses podían estar defendiéndose reclamando las pruebas, las comisiones o lo que pepinos fuera?

Unos momentos antes se había escuchado un largo, sabroso, concreto e ilustrativo informe sobre las ventajas reales y las posibilidades asombrosas de la nueva tecnología de tarjeta inteligente sin contacto. Se había podido saber también que, para estar en condiciones de comenzar a funcionar solo se requería un plazo de noventa días. También se pudo estimar que completar sus funciones para algunos usos específicos, tales como el pase de escolares, discapacitados, personalización de todas las tarjetas, etc. podía llevar más tiempo. (Dependiendo de cuanta inteligencia se ponga en la búsqueda de acortar plazos). Todo es evidente, práctico, beneficioso para el usuario, etc. etc. Y, como se repitió más de una vez en la reunión, todos los concejales están de acuerdo con la implantación del sistema.

Por el otro lado tenemos las “monederas”, un sistema obsoleto (no se fabrica más ni hay repuestos, ya que no se usan más, superadas en todo el mundo, por mejores tecnologías). Un sistema repudiado por varios representantes de usuarios (entre ellos las Sociedades de Fomento), erradicado de hecho en su momento por el Concejo Deliberante ante el clamor popular en vistas de no mantener dinero dentro de los vehículos; con un pormenorizado informe de parte de las autoridades de la Asociación Bancaria donde se advirtió sobre la falta de monedas. (Algo que está saliendo hoy en todos los medios de comunicación capitalinos, donde se está haciendo lo posible por erradicar las monederas donde todavía existen).

El sentido común (en el caso parece cierto eso de que es…. el menos común de todos los sentidos) nos indica que solo este último factor genera un severo inconveniente para el usuario; también nos indica que la “falta” de “vueltos” implicaría un aumento encubierto de tarifa. Con un poco más de conocimientos técnicos se puede saber que la existencia de “monederas” elimina las posibilidades de control sobre aspectos muy necesarios para una adecuada estimación de las tarifas.

O SEA ¿QUE ES LO QUE SE QUIERE PROBAR? ¿PARA QUE PUEDE SERVIR LA PRUEBA? ¿QUE SE VA A PROBAR? ¿Qué PARA PRUEBA DIEZ UNIDADES ALCANZAN? ¿QUE  LOS USUARIOS ESTÉN CONFORMES? ¿QUE EN ESE PLAZO DE PRUEBA NO VAN A MATAR A NINGÚN CHOFER? ¿Y DESPUÉS QUÉ? FUNDAMETALMENTE ESO: ¿Y DESPUÉS QUÉ?

“Algo huele mal en Dinamarca…“ decía el buen Shakespeare. Lo que llama la atención es que el olorcillo llegue tan lejos… no?