DE POLÍTICAS Y GESTIONES II

A veces, aún estando desgraciadamente acostumbrados a las malas artes de la politiquería, nos encontramos con actitudes que indignan y producen “vergüenza ajena”.

Algunos Concejales locales, sobretodo algunos con gestión en administraciones anteriores, han emprendido una “cruzada” cuestionando lo actuado por el señor Eduardo Bruzetta en el ejercicio del cargo de Director de Gestión Ambiental con que lo honró el actual Intendente Municipal.

Lo cuestionado, un aspecto técnico-formal del que ninguna responsabilidad legal tiene dicho funcionario, no merita el espacio que llevaría enunciarlo.


Lo realmente indignante no pasa ni por cuestiones técnicas ni aún por las políticas: lo explican hechos y circunstancias objetivas y fácilmente comprobables.

“Los árboles se conocen por sus frutos” reza un antiguo proverbio y en el caso de una gestión, los “frutos” son los resultados de la misma.

El señor Bruzetta, por su cargo, recibió el último diciembre un predio de disposición final colapsado y en caótica situación técnica y humana, demasiado conocida para insistir en mayores adjetivaciones. Cualquier persona puede hoy observar los sensibles cambios operados para mejorar la situación.

Del mismo modo, el estado de la Planta de Reciclado mostraba a las claras la no gestión de la anterior administración, visible en el simple hecho de estar aún cerrada e inoperable.

A nadie escapa quienes fueron responsables de que se llegara a aquellas situaciones. Nadie puede desconocer el sinnúmero de “errores”, “malas administraciones” y otras lindezas que se pueden imputar sin riesgo de equivocarse a la administración saliente.

Aquello pasó, es historia que supo castigar la ciudadanía marplatense y que la actual gestión no se encargó de publicitar en su “letra fina” ─ con un criterio que respetamos aún no compartiéndolo ─ lo que podría causar mayor demérito político aún a aquellos responsables.

No está del todo mal que no se “revuelvan” pasados. Ello no implica que las responsabilidades hayan dejado de existir y que quienes deberían haberlas asumido, al menos las recuerden y las reconsideren al volver el tema.

En la sesión conjunta realizada por las comisiones de Calidad de Vida y Medio Ambiente del Concejo Deliberante, convocada a partir del uso de la  Banca 25 por parte de una integrante de la cooperativa de trabajo CURA, el Concejal Carlos Katz asumió al pasar “los errores cometidos por nuestra administración pero….” pero seguidamente  juzgó inadmisible que el funcionario no hubiera completado un trámite de parecer legal ante un hecho de terceros y, en base a ese aspecto y otras tergiversaciones de la realidad, sentó una posición absolutamente descalificatoria de su tarea que luego habría de ampliarse en los cabildeos de los despachos así como frente a cada micrófono, cámara o medio que lo consultara.

Otra de las “severas cuestionantes” ocupó un importante cargo en la “gestión Gabilán” una de las tantas razones que alguna vez se emplearan para minar el gobierno del ex intendente Aprile y esta vez con claro avenimiento de la ciudadanía que sufrió aquella gestión ineficaz, imprudente e impopular.

Pero además el hecho indigna cuando quien fue parte de una gestión que hizo las cosas demasiado mal como para no ser claramente corresponsable de un estado de cosas desacredita por hechos menores al que ha sabido comenzar a arreglar sus “desaguisados”.

La memoria es un buen ejercicio en la política, fundamentalmente para sus actores. Para un juicio definitivo a este asunto convocamos ahora a la ciudadanía a ejercerla.

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