Opini??n

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Pas?? otra semana en que las mejores explicaciones de la pol??tica argentina volvieron a darse mediante los contrastes.

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Por Eduardo Aliverti

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Hace siete d??as, esta columna trataba de los escalofr??os provocados en el arco opositor por la versi??n de Cristina candidata, en las boletas de todo el pa??s, a trav??s de los cargos electivos para el Parlamento del Mercosur. El ??nico dato certero era que una comisi??n de Diputados hab??a despachado dictamen favorable para que el proyecto, integrador del Parlasur a las elecciones generales del a??o que viene, fuese votado en el recinto. Lo dem??s era pura especulaci??n. Debido a eso, tambi??n se se??al?? ???no en exclusividad ni mucho menos??? que s??lo Cristina sabe de su decisi??n final. ??Actuar?? de gran electora, gran descartadora o gran postulante? Misterio. En su discurso de hace pocas horas en Casa Rosada, la Presidenta tom?? nota de aquellas versiones y pidi?? que no la candidateen a nada. Se par?? como estadista para sobrevolar los rumores y como pol??tica para dejar que sigan corriendo. Repasemos el curso de lo acontecido. Los trascendidos hab??an alcanzado para que otra grande, pero humorista, anunciara que estaba dispuesta a competir contra Cristina en la elecci??n regional. A comienzos de semana, la prensa antikirchnerista ya titulaba en portada sobre el avance de una lista opositora para frenar la jugada K. M??s a??n, se indic?? que Massa, el PRO y Fauna ya barajan nombres para unificar la lista de diputados y enfrentar a Cristina. Marcaron como eventuales atractivos a Roberto Lavagna, Federico Pinedo, Margarita Stolbizer y Manuel Garrido (fiscal de Investigaciones Administrativas en la primera parte del kirchnerismo, quien habr??a sido el ??nico referente que pudieron rescatar los radicales para sumar a esa n??mina, como insospechable de corruptelas, en medio de la implosi??n que sufre la UCR). Alguna cr??nica tambi??n dio cuenta de que los negociadores no descartaron la autopostulaci??n de Carri?? a pesar de su pleito con Massa, a quien calific?? de narcotraficante munida de la misma liviandad con que reparte esa acusaci??n a todo dirigente, sector o hijo de vecino que no est??n dispuestos a seguir su santoral republicano a pie juntillas. El peque??o detalle es que nadie tendr??a claro a qu?? fuerza personificar??a Carri?? en esa posible o fabricada lista de unidad contra Cristina, porque todos tendr??an claro que la chaque??a se representa solamente a s?? misma (y al PRO, seg??n le dictan hoy las circunstancias). La guinda del helado consisti?? en afirmar que los propios K resolvieron demorar la ley del Parlasur, porque estar??an alarmados frente al avance de ese acuerdo en la oposici??n. Esto ??ltimo, en apreciaciones period??sticas de anteayer, mud?? a que los K estar??an urgidos por apurar la ley. No se sabe qu?? dir??n ahora, tras la apelaci??n de Cristina a que no la nominen a nada de nada.

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Es una par??bola sensacional. Invita a volver sobre los pasos de aquel texto tan ingenioso que circul?? en mayo del a??o pasado, y que el cronista se permite recordar una vez m??s. Un editorialista dominical de la oposici??n advierte que el Gobierno tendr??a listo un plan para acabar con los ornitorrincos. Por la noche, en su mon??logo, disfrazado de ornitorrinco, un colega ideol??gico de aqu??l reclama, por la tev??, que debe hacerse algo para parar el exterminio de esos mam??feros subacu??ticos. Al d??a siguiente, los medios opositores hablan sobre la feroz embestida gubernamental y se preguntan c??mo afecta la extinci??n ornitorrinca al bolsillo de los argentinos. Se responden entre s?? que la gente se refugia en el d??lar blue. El alcalde porte??o saca un decreto de necesidad y urgencia, que proh??be la cacer??a de ornitorrincos en todo el territorio de la ciudad. El ministro nacional del ??rea comprometida reacciona diciendo que en Argentina no hay ornitorrincos. Las cadenas de las redes contestan que hoy somos todos ornitorrincos. Y que si tocan a un ornitorrinco nos tocan a todos. S??lo habr??a como diferencia, respecto de lo ocurrido en estos d??as, que el hecho objetivo realmente naci?? en una movida de un sector del oficialismo ???votaci??n para el Parlasur??? y no en la invenci??n de periodistas opositores. Pero de ah?? en m??s, efectivamente son todos ornitorrincos. La f??bula responde con exactitud sem??ntica a los rulos que se hacen enfrente con cada cosa que hace, deja de hacer o se supone que har?? la Presidenta. La ??nica conclusi??n posible es esa: Cristina, o lo que imaginan que de ella pudiera surgir, determina todo paso que dan. Sigue habiendo unas preguntas de dif??cil o desafiante respuesta. ??Cristina o lo de que ella se deduce marcan el paso de la oposici??n porque ??sta quiere gobernar, pero no tiene con qui??n ser cre??ble? ??O la oposici??n no quiere gobernar porque le resulta imposible definir un proyecto, o modelo, superador del vigente desde 2003?

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Apenas como hip??tesis, el firmante apuesta por lo segundo. Un analista de pensamiento cr??tico, bien que adherente al kirchnerismo, sostiene que, socialmente expresado, hay espacio para que pudiera retornar un populismo de derecha. A lo Menem pero, en principio y digamos, algo mejor disimulado para quien quiera enga??arse o sincerarse (Scioli, Massa, Macri). El kirchnerismo dejar?? un pa??s gobernable, con alta inflaci??n pero estabilizado en sus indicadores de reparaci??n social. Un gobierno liberalote conseguir??a d??lares para endeudarse, asomar??an algunas inversiones externas, se acabar??a el cepo, retornar??amos a la ficci??n de los noventa y los que terminar??n pagando la fiesta renovada ser??an un aspecto menor. Las clases baja y media est??n mucho mejor que en el infierno de comienzos de siglo, de manera que, parad??jicamente, est??n o estar??an prestas a comerse otra vez la misma galletita. Si la oposici??n contara con dirigentes pol??ticos inteligentes, dice otro analista de simpat??as K que tampoco come vidrio, negociar??a con el poder econ??mico mantener las conquistas b??sicas del kirchnerismo, a cambio de entregarle un campo or??gano para sus negocios. ??Tiene la oposici??n un dirigente de esas caracter??sticas? ??O s??lo cuenta con figuritas que se regalar??an a cuanta exigencia les imponga una burgues??a extranjerizada e hist??ricamente ego??sta, depredadora, que despu??s ???o antes??? ver?? qu?? hace si las sagradas instituciones terminan en helic??ptero?

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Lo K, que aguanta ser definido como un intento de desarrollismo capitalista atento a mirar y satisfacer el abajo, objetivamente tiene un cuadro: Cristina. La derecha, no. Ni Scioli, ni Massa ni Macri. Son dirigentes medi??ticos, no constructores de una identidad contradictoria pero respetable, firme, emotiva. Scioli, a su favor, parece haber tomado nota de que sin Cristina no puede y de que ser?? la Presidenta quien le imponga las condiciones. Se ver??. De los otros dos, uno es un escolar de frases hechas. Un tr??nsfuga, un oportunista, un langa por lo menos sospechoso. El otro es un beneficiado de la ciudad gorila m??s rica del pa??s, aunque cabe reconocerle el m??rito de haber sabido venderse como hacedor de obra p??blica (cuando el progresismo tuvo la misma oportunidad no supo aprovecharla, convengamos). Ninguno de esos dos tiene figura ni candidato en la provincia de Buenos Aires, y sin eso no es posible imaginar gobernabilidad alguna. La conclusi??n ser??a que les conviene mucho m??s apretar por discurso de moralina que jugar a gobernar por derecha bruta. Les convendr??a transar extorsionando al ejecutor ajeno antes que cargarse c??mo asistencializar a los que dejar??n afuera. Con todos sus defectos, el kirchnerismo tiene base social y administraci??n demostrada de la tensi??n de clases. Hablando en pol??tica, ellos s??lo tienen alg??n monologuista televisado; las tapas de dos diarios de alcance nacional, m??s sus portales; ciertos reproductores radiof??nicos de agenda matutina, en el ??rea metropolitana CABA; y algunas se??ales de aire y cable que, casi, ya agotan a su propia hinchada, al vivir reproduciendo el denuncismo de la corrupci??n oficial y el discurso barato de la antipol??tica. No son mucho m??s que el Hasta Cu??ndo de Saborido y Capusotto. Esto no los minimiza cuantitativamente, porque son porci??n representativa de una parte estimable de la sociedad argentina. S??lo se dice que significativamente no representan entre poco y nada, porque no tienen pol??tico que los simbolice.

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Como bot??n de la misma muestra, hay un fest??n medi??tico con el juicio oral que sufrir?? Amado Boudou por los papeles truchos de un autom??vil modelo ???92. Es la causa m??s suave que afronta el vicepresidente de la Naci??n, ya procesado en el caso Ciccone. Boudou es un caballito de batalla opositor porque, en primer lugar, fue elegido personalmente por Cristina, en lo revelado como un serio error de c??lculo pol??tico si es que ella lo pensaba como su sucesor. Al momento de designarlo no le import?? a nadie. Con el diario del lunes, todos sab??an c??mo terminaba el partido. De lo que se conoce hasta ahora, Boudou no ser??a m??s ni menos chant??n o corrompido que cualquiera de sus denunciantes. O de los intereses que ??stos encarnan. Pasa por ah??, quiz??s, el an??lisis estructural del episodio. ??Es Boudou lo prioritario que encarna al proceso iniciado en 2003, como sugieren o dicen directamente los obsesionados con sus andanzas? Si la respuesta fuese afirmativa, deber??a juzgarse con el mismo criterio que todo el lugar medi??tico destinado a Boudou ocupa el ning??n lugar medi??tico asignado a las revelaciones sobre las cuentas no declaradas en Suiza. Por ejemplo.

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El s??bado, en la Plaza a pesar del diluvio y en las l??neas-madre del discurso presidencial, se reprodujo otro contraste entre la presunci??n de fin de ciclo y las reservas activas de la ??nica fuerza con capacidad de movilizaci??n y liderazgo de espacio. Queda por delante saber si el kirchnerismo sabr?? acertarle a la t??ctica de lo que le conviene para sostenerse.

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