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Esta obra, iniciada oficialmente el 26 de junio de 2018, ha ido sufriendo sucesivas demoras en su desarrollo, prácticamente desde años antes del inicio real.

Cabe recordar que en realidad su licitación primitiva estaba prevista para diciembre de 2015, pero el cambio de administración nacional, como parte de la revisión que la misma encaró ante la “sospecha” sobre toda la obra pública del país, llevó a postergarla hasta llegar a darle inicio en la fecha antes mencionada.

El entonces Diputado Montenegro en su carácter de delegado de Macri y Vidal en Mar del Plata, quien aseguró que “colaboraba” para que llegue el gasoducto en tiempo y forma dijo, a principios del 2019, primero que la obra se finalizaría en julio o agosto de 2019, después por “problemas de lluvias” (que nunca hubo), cambió a septiembre y luego lo estiró hasta diciembre de 2019.

En realidad, estos cambios de fecha se debieron a todas las irregularidades y defectos constructivos que presentaba la obra y que oportunamente denunciamos, asegurando también que no se podía cumplir con estos anuncios mentirosos.

La obra que según el poder PRO fue revisada (y por ende, demorada) por sospecha de corrupción del gobierno anterior terminó pasando de costar de los originales 728 M$ a 1.028 M$ de presupuesto oficial y que a julio de 2019 ya llevaba costando realmente 1.203,7 M$.

Ahora bien, ¿porqué algunos personajes salen a decir que ya se pueden realizar nuevas conexiones de usuarios domiciliarios?
Principalmente por dos causas: porque hay una caída real del consumo, lo que le da un mini pulmón a la red de distribución y porque la planta de Barker de Loma Negra ha dejado de producir cemento lo que le da al gasoducto un pulmón de 10.000 m3/hora, que casualmente coincide con el valor lanzado como nuevas conexiones irresponsablemente.

A la fecha, no solamente hay obras inconclusas, tareas de revisión sin efectuar, contratistas y subcontratistas con certificados sin cancelar, sino que además ya se está pidiendo de parte de estos nuevas redeterminaciones de precios.

Creemos que la aclaración en si no da para más, queda en manos del pueblo de Mar del Plata y Batán creer o no creer o mejor dicho, seguir atrapado en la misma trampa donde se encuentra desde el 2015, comprometiendo incluso el desarrollo de actividades con agregado de valor que se intentan llevar adelante en la zona.

Mar del Plata, 06 de diciembre de 2019.