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Hoy todavía resuenan en nuestros oídos las palabras de Alberto Fernández cuando en el primer debate trató de mentiroso al inefable Mauricio Macri, a la sazón presidente de la Nación.

Ya expusimos en un trabajo anterior la mentira como modo de hacer política, por lo que nos animamos a decir que no se trata solo de este nefasto personaje sino que es una modalidad de la coalición gobernante en su totalidad usar la mentira como argumento y arma de seducción al votante, sin que escape nadie a esta lógica perversa.

En este caso nos referiremos a una de las mentiras de María Eugenia Vidal (deberíamos decir María Eugenia del Mal). A la actual gobernadora al ser la elegida para salvar el proyecto colonialista, desde los medios de comunicación oficialistas desde hace ya algún tiempo en forma larvada y ahora en forma más exacerbada se han esforzado para diferenciarla del hoy ya insalvable presidente Macri, insistiendo con un encomiable esfuerzo en que es distinta, que no es tan insensible, que se enoja con la banda del gato (léase Marcos Peña, Carrió, y el más rancio macrismo) por sus dichos o sus acciones.

Es claro que ante la cada vez más cercana derrota y la posible implosión de la alianza gobernante que se la llevaría puesta arrollada ante la fuerza desbastadora del hombre del Clío, hay que salvar al hada buena para un futuro regreso que en sus manos será aún más cruel y que les permitirá por fin instalarse en el poder en forma definitiva para terminar el trabajo que Mauricio no supo hacer y lograr que nuestros hijos por fin sean lo que ellos siempre soñaron, los esclavos que limpien las cloacas de sus baños.

Ahora bien, volvamos a la dama en cuestión y veamos cómo es aún peor que Mauricio.
En estas semanas surgió un debate muy interesante entre Axel Kicillof y la susodicha, gobernadora de la Provincia de Buenos Aires. Nuestro candidato a gobernador, en forma tan atinada como valiente y en la cara de uno de los mayores defensores de la gobernadora, denunció la catástrofe y el endeudamiento feroz en que dejará la provincia el hada buena.
Rápidamente y seguramente avisada por uno  de sus más fieles defensores y en el mismo canal de televisión (deberíamos decir de operación) la actual gobernadora y futura sostenedora de la anti patria salió a defender su gestión.

En forma sorprendente para muchos sorpresivamente no fue el peronismo sino la evaluadora Moody's la que salió a refutar a la señora gobernadora dándole el estatus de default a los bonos provinciales y declarando en default a la provincia de Buenos Aires en un informe donde además señala la inviabilidad del compromiso de pago así como la imposibilidad del sostenimiento de la deuda provincial.

Ante el informe de la evaluadora (al parecer kuka, choriplanera, populista, peronista) la salvadora del proyecto salió a decir que la deuda había crecido por su gran trabajo e inversión en obras de infraestructura. En este punto vuelve a usar la mentira como forma de hacer política en forma doblemente agravada ya que no solo miente con la deuda sino que miente con las obras.

Vamos a desnudar ahora esta mentira, no solo la mentira que es Vidal y el peligro que significa no identificarla correctamente, sino la mentira que trató de instalar en este tema en particular. A este efecto diremos que el informe que desarrollamos en este documento son cifras del Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires y de la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales.

Deuda de la Provincia de Buenos Aires

La deuda de la provincia en el 2015 era de u$s 9.362 millones y pasó al mes de junio del 2019 a u$s 11.959 millones, así lo que representaba en el 2015 el 5,9% del Producto Geográfico Bruto (PGB) y el 44,5% de la recaudación, lo que pasó a ser el 9,3% del PGB y el 69,6% de la recaudación.

Es de resaltar que la provincia en si al no manejar la Aduana no genera ninguna recaudación en dólares o su equivalente, por eso es de mucha importancia ver que en el 2015 el 42% de la deuda era en pesos mientras el 58% estaba en moneda extranjera y esta relación al 2019 cambió al 18% en pesos mientras el 82% restante está en moneda extranjera, además los plazos de vencimiento pasaron de 5,4 años en 2015 a 3,5 años en 2019.

La deuda aumentó el 447%, lo que implica una carga 6 veces mayor a la recibida. Si solo consideramos el aumento del dólar del 12 de agosto vemos que los intereses crecieron en $ 100 mil millones.

La provincia pasó de tener una deuda de $ 122.085 millones al 31 de diciembre del 2015 a $ 667.746 millones al mes de agosto del 2019.

La deuda per cápita a diciembre del 2015 era de $ 7.328 y pasó a $ 38.442 lo que representa un aumento del 424,6%, siendo que el 81% de la deuda per cápita corresponde a la generada por la gobernadora Vidal.

En los próximos 4 años la provincia debe hacer frente a una deuda exigible de $ 546.856 millones al valor del dólar de hoy. Si tomamos los pagos de deuda versus obras realizadas resulta que el pago de deuda supera al de la obra pública en un 41,6%.

Se pagaron en intereses entre 2016 y 2018 $ 99.234 millones, y en ese mismo periodo se destinaron a obras en forma directa y a través del programa de convenios municipales $ 52.952 millones.

Vidal acompañó la política de Macri en espejo con la decisión del default de deuda a corto plazo, lo que le costará a la provincia $ 18.500 millones este año.

La provincia de Buenos Aires tiene LETES por u$s 220 millones y debió haber recibido el 11 de octubre el 15% o sea u$s 33 millones (decimos debió haber recibido porque aún no hay constancia de esto), los u$s 187 millones restantes los recibirá en abril del 2020.

Del mismo modo las LECAPS en manos provinciales llegan a un total de $ 13.792 millones en dos títulos, uno de $ 3.792 millones que vencía a fin de agosto y otro de $ 10.000 millones que vence a fin de este mes y por la misma causa la provincia recibirá solo $ 2.100 millones.

Los intereses de la deuda provincial versus el gasto público representa el 6,8%, lo que representa un crecimiento del 80,8%. Comparándolo con el crecimiento a nivel nacional (que fue del 70,4%) resulta ser un 10,4% mayor.

En el gobierno de Vidal se destinaron al pago de deuda $ 347.925 millones y se tomaron $ 298.287 millones de deuda, el 82,7% es deuda externa y el 17,3% es deuda interna revirtiendo la relación del gobierno anterior que tenía el 57,9% de deuda interna y el 42,1% de deuda externa.

La diferencia entre lo pagado y lo tomado hace que el 16% del presupuesto se aplique al pago de esta deuda, lo que produjo recortes en el presupuesto realizados progresivamente en forma ascendente desde 2016.

La deuda aumentó al siguiente ritmo:

En 2016 aumentó el 60,8%, pasando de $ 122.085 millones a $ 196.294 millones. En 2017 aumentó el 29,7% y llegó a $ 254.532 millones. En 2018 aumentó el 86,4% y llegó a $ 474.431 millones, mientras que al mes de agosto de 2019 aumentó el 40,7% llegando a los $ 667.746 millones.

Para tener una idea más cabal, tomemos una comparación más realista y por eso más crítica de la situación.

Si comparamos la deuda con el Índice de Precio Integral (IPI) que refleja no solo el valor nominal sino la evaluación sin  la suba de precios, es decir que refleja el peso real de la deuda y su evolución vemos que:

Si en 2015 la relación deuda según el IPI versus el Producto Bruto Provincial (PBA) era del 100%, en 2016 pasó a ser del 115,2%, en el 2017 subió al 119,1% y en el 2018 ya llegó al 158,15.

Si tomamos esta evolución y comparamos el periodo 2012-2015 con el 2016-2018 el crecimiento es del 143,3%.

Veamos algunos índices adicionales. Si tomamos la relación deuda versus exportaciones generadas en la provincia vemos que pasó del 28,6% en 2015 al 45,4% en el 2018 (y no debemos perder de vista que la Provincia de Buenos Aires representa el 40% del PBI nacional).
Ahora, si tomamos de este año el concepto de servicios de deuda, los valores se incrementaron en $ 20.000 millones. Si para comparar integramos la suma de los presupuestos de Salud, Promoción y Asistencia Social, Ciencia y Técnica, Trabajo, Vivienda y Urbanización, Agua Potable y Alcantarillado, vemos que dichos servicios equivalen a un trimestre de estos ($ 20.676 millones).

Se han pagado por intereses de deuda solamente en esta gestión (deuda pura de esta gestión) $ 16.040 millones en 2016, $ 21.057 millones en 2017, $ 41.443 millones en 2018 y $ 56.403 millones hasta el mes de agosto de 2019, lo que suma pagos por $ 134.943 millones.

Es evidente la mentira de Vidal ya que queda claro que la deuda que creció el 27,74% en dólares no se tomó para invertir en obras de infraestructura, lo que hubiese significado para la provincia la construcción de 8.345 jardines de infantes de 10 aulas o 4.109 escuela de 10 aulas o 599 centros de hemoterapia de 1.750 metros cuadrados o 25 hospitales de 4.000 metros cuadrados de alta complejidad.

Tan solo si tomamos los intereses de deuda pagados y lo dividimos por los 135 municipios le corresponderían a General Pueyrredon $ 999,6 millones que si hubiesen sido destinados a nuestra comunidad ya hubiese llegado el hospital de alta complejidad tan necesario o, más gráficamente, hubiese significado el 77% del costo de la recolección de residuos que es el costo más pesado sin considerar los sueldos del presupuesto municipal.

No solo mienten como una práctica política sino que además destrozan todo lo que tocan sin importar lo que sea.

En esto, como siempre, es importante recordar la palabra de Perón en “Los Vende Patria”, un reconocido escrito del líder del PJ donde cuenta qué pasaba en el país en ese entonces (1957), como un anticipo de lo que sería hoy el macrismo.

"Sólo en dos años, lo han desorganizado todo, han desquiciado -las finanzas estatales, derrochado las reservas financieras y comprometido gravemente el crédito del país en el exterior después de derrumbar el valor de la moneda, arruinar la economía privada y paralizar los planes, produciendo perjuicios incalculables, para terminar tiranizando al Pueblo al punto de hacer desaparecer todo vestigio de su felicidad pasada y entronizar la injusticia social y el sometimiento a los poderes foráneos de la antipatria. ¿Cómo pagarán estos hombres semejante crimen? Eso lo dirá el pueblo a su hora".

Ese es un párrafo de la página 236 de ese histórico libro peronista que hoy vuelve a estar vigente.

Mar del Plata, 22 de octubre de 2019.