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Describimos la situación del juicio a YPF y nuestra propuesta en un documento anterior, pero en estos días en que nuestro país se ve envuelto en el clima electoral, donde el hambre y la pobreza se discuten desde sets de televisión hasta en el propio Congreso Nacional mientras el gobierno nacional no implementa la emergencia alimentaria sancionada, mientras el presidente sigue en su gira proselitista, la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires promete seguir ayudándonos y pide que no nos rindamos porque hay que sumar a otros a este esfuerzo (para así transformar a más argentinos en esclavos pobres y hambrientos listos para que la leona los devore cuando lo crea necesario, en todo caso más temprano que tarde), en el mundo las cosas avanzan y los enemigos externos siguen con su trabajo devastador.

Veamos si no.

Burford Capital presentó la valuación de sus activos en el juzgado de Nueva York solicitando que la jueza a cargo se defina a su favor. Según su presentación, usando el criterio de definición de deuda que ya explicamos, reclama ya no u$s 3.000 millones sino que ahora el reclamo es de u$s 9.000 millones usando la capacidad de definición de la fórmula de deuda que habilita el convenio de privatización, fórmula que debe ser aprobada por la jueza Preska. Burford Capital estima que logrará un resarcimiento por u$s 6.000 millones, cifra que apareció en su evaluación de activos presentada ante la Bolsa de Londres, lo que la evaluadora Muddy Waters refutó.

La jueza ante esta presentación dijo que resolverá durante el primer semestre de 2020, pero además expresó estar cansada por la falta de precisión y de la falta de presentación de pruebas serias por parte de la defensa argentina, por lo que le comunicó a las partes que iba a esperar a que asuma el nuevo gobierno para retomar las audiencias y recepcionar documentación. Además informó que recién a partir del 7 de diciembre volvería a escuchar a las partes.

Esa presentación de Burford Capital ante el juzgado de Nueva York es consistente con su presentación semestral a la Bolsa de Londres y le permite refutar la acusación de Muddy Waters de haber sobrevalorado sus activos, lo que le había provocado una caída del 48% en sus acciones.

Muddy Waters la acusó de manipular el rendimiento del capital invertido y la tasa interna de rendimiento así como el estado del negocio en su presentación del 7 de agosto de este año. Esta acusación se concentra especialmente en el principal activo de Burford Capital que es el juicio a YPF, donde la empresa asegura que el capital invertido es del 426% y no del 3.278%, inflando en más de 7 veces la potencial tasa de ganancia.

Burford Capital escondió los costos del juicio evaluando así las ganancias entre u$s 1.700 millones (tomando como base el valor actual de YPF en Wall Street) hasta u$s 9.000 millones (tomado como base el valor de YPF al día de la re-estatización), pero sugiriendo como más razonable el valor de u$s 6.000 millones (tomando el valor al día en que YPF, ya en manos de la intervención estatal que decidió hacerse cargo de la empresa, tomó la decisión de no pagar los dividendos (lo que desató el reclamo del grupo Petersen)).

El escrito presentado por Burford Capital no da porcentajes de valoración a cada una de las tres alternativas ni describe exactamente el criterio utilizado para la valoración, solo se ampara en la inestabilidad macroeconómica de la Argentina y sus consecuencias sobre el valor de YPF.

Según la presentación del 25 de julio de este año recordemos que Burford Capital sostenía un valor del juicio de u$s 3.000 millones que le reportarían a ese fondo u$s 1.000 millones de ganancia.

En este informe dice que el juicio representó el 36% de ganancias en sus activos y 40% en sus ingresos totales y asegura que estos valores se incrementarán en el segundo semestre de 2019 debido a que ya aseguran haber ganado el juicio.

Hasta junio de 2019 el fondo asegura haber ganado 236% en dólares y en estos algo más de 4 años la ganancia es de 400%, ganancia esta que se duplicará a 800% para el próximo ejercicio por haber ganado el juicio. De tener éxito Burford Capital y sus socios recibirán u$s 6.000 millones lo que le representa a ellos directamente u$s 1.800 millones, mientras el resto quedará en manos de lo que ahora informa Burford Capital que son 40 socios representados por distintos fondos de inversión.

De esta presentación nos surgen las siguientes reflexiones:

YPF, que en el 2012 fue valuada en u$s 12.000 millones, cayó a un valor de u$s 4.000 millones y el reclamo que se le hace ahora es de u$s 6.000 millones.

Se amparan en el desastre económico que es la Argentina de Cambiemos para desvalorizar las acciones de YPF. Ahora bien, debemos resaltar que una empresa petrolera tiene como principal activo las reservas de gas y petróleo que pueda explotar o desarrollar (lo que debe definir su valor de mercado). En el caso de YPF se refleja claramente que el recurso no es de todos los argentinos, porque si así fuera la empresa petrolera de bandera no podría valer cada vez menos en el país que tiene a Vaca Muerta. Debemos resaltar que Vaca Muerta es el tercer yacimiento de gas no convencional en importancia en el mundo y el cuarto de petróleo en ese rubro. Con semejante riqueza es imposible que si YPF tuviera una posición dominante decayera en su valor. Por lo que es claro que la renta petrolera y su valor estratégico no están en manos del pueblo argentino.

Creemos que la situación actual del país es causa de las políticas económicas que lleva adelante la actual coalición gobernante y no de las personas que las implementan, sin embargo no es menos cierto que hay dos factores que se agregan al combo que son totalmente explosivos, uno es la impericia o la falta de formación y otro es la avidez por los negocios.
En este sendero de reflexión, aplicada esta regla general a YPF, debemos resaltar que el ejercicio del año anterior cerró con un quebranto de $8.153 millones, lo que es el reflejo de este combo que se aplica perfectamente en este caso de vital importancia para los intereses nacionales.

Expliquemos esto para que se entienda en un solo ejemplo:
En Vaca Muerta la zona que está produciendo gas y la más rica en volumen, además de la más favorable económicamente de explotar, es Fortín de Piedra. Esta zona no está en manos de YPF ya que fue entregada a Tec-Petrol empresa del grupo Techint. El costo del gas en boca de pozo es mayor al de su homónimo en EEUU y los argentinos lo pagamos así, igual que en todos los emprendimientos de transporte o de perforación. Lo mismo sucede también con la extracción donde aparece Pampa Energía, la empresa de Midlin.
YPF siempre tuvo su sector dedicado a la generación de energía eléctrica, basta mencionar que tenía hasta la privatización una generadora termoeléctrica en Texas.
Ahora bien, en estos años de restauración colonial desarrolló el negocio de los parques eólicos (sobre este tema publicaremos en un futuro cercano nuestra opinión sobre las energías renovables ahora solo queremos resaltar que es incoherente que una empresa petrolera desarrolle no convencionales). Así, mientras YPF gasta dinero y esfuerzo en este tipo de emprendimientos, pierde deliberadamente activos, no maneja el recurso y cada vez retrocede más en el mercado petrolero. Pero eso sí, aporta a bolsillos que no son los del pueblo argentino.
Además debe destacarse que, con acuerdo del gobernador de Neuquén y la siempre inefable colaboración del ex miembro de la bancada peronista en el Senado el siempre vergonzante y actual integrante de la fórmula del oficialismo como vicepresidente, se instaló un vuelo directo que viene desde EEUU a Neuquén trayendo tecnología a aplicar en la extracción no convencional, sin que el YTEC (YPF Tecnología) desarrolle tecnología de sustitución aportando de este modo siempre a la dependencia tecnológica para sostener el ADN político colonialista de la coalición gobernante (no nos queda duda que estas compras también aportarán a sus gordos bolsillos).
YPF no tiene ningún plan estratégico de industrialización de los hidrocarburos aprovechando justamente Vaca Muerta, solo informa la factibilidad de ampliación del polo petroquímico de Bahía Blanca. El gobierno en este tema como siempre solo apuesta a la primarización de la economía, a sus negocios y a la instauración definitiva de la dependencia económica, siendo más claro que no solo dependemos de tecnología extranjera sino que, como ejemplo, diremos que Argentina exporta gas natural como activo energético pero importa combustible porque no tiene capacidad suficiente para refinar todo el petróleo que necesita.

Burford Capital presenta su estado financiero en la Bolsa de Londres aun a riesgo de ser, como lo fue, acusada de fraude y sufriendo la pérdida del valor de sus acciones, a sabiendas que la defensa argentina es impresentable y que además que la jueza respaldará su reclamo, lo que nos lleva a preguntarnos si no es que existe una relación entre esta presentación y la decisión de la jueza (a quien no podemos acusar de corrupta pero que no podemos asegurar que no lo sea) teniendo en cuenta el poder de lobby de Burford Capital. Es mucha casualidad que ya expresen que recibirán u$s 6.000 millones aunque reclamen u$s 9.000 millones porque es un número que parece ser más cercano  a algo que el juzgado estima como justo.

Resaltemos que el valor actual de YPF es de u$s 4.000 millones y aseguran que van a cobrar u$s 6.000 millones. No olvidemos que además el juicio engloba al Estado Argentino que ya no es dueño del petróleo y el gas pero si de esa deuda.
No es necesario decir lo que significan para nuestro país u$s 6.000 millones, solo basta recordar lo que está haciendo el gobierno nacional mendigando por el desembolso del FMI de u$s 5.400 millones.

No es menor volver a resaltar que una jueza federal de Nueva York con su decisión puede producirle al país semejante daño, es como si un juez federal de Mar del Plata sancionara a EEUU a pagar una suma millonaria en dólares por una decisión soberana tomada por ese país.

Por último diremos que si bien la intervención del Estado Nacional en este juicio y la defensa que trató de imponer es desastrosa e impresentable como la misma jueza lo expresa, también debe reconocerse que no es menos cierto que estábamos condenados antes de empezar el juicio y que mientras se mantenga este estatus judicial sin que el país recupere su soberanía el resultado siempre será el mismo.

Las ruinas de lo que quiso ser un país soberano hoy están a la vista: la pobreza, la exclusión, la desocupación, la falta de futuro, son la imagen que nos devuelve hoy la Argentina que ha vuelto a ser colonia y en donde otra bandera flamea sobre sus ruinas.

(*) Parafraseando a Eva Perón (“Nuestra patria dejará de ser colonia, o la bandera flameará sobre sus ruinas”).

Mar del Plata, 16 de octubre de 2019.