Ya en trabajos anteriores nos referimos específicamente al Gasoducto de la Costa y a las maniobras del gobierno nacional y provincial.

Una obra que según el poder PRO fue revisada (y por ende, demorada) por sospecha de corrupción del gobierno anterior y que terminó pasando de costar de los originales 728 M$ a 1.028 M$ de presupuesto oficial y que lleva costando realmente 1.203,7 M$ hasta el mes de julio de 2019.

No es nuevo que el modo de hacer política del conglomerado cambiemista se base mentiras y que aprovechen la ignorancia y/o la inocencia del pueblo (interpretando inocencia como la confianza desprovista de pensamiento crítico) para instalar sus buenas intenciones que no son más que la pantalla que usan para someterlo empobreciéndolo al mismo tiempo que acumulan poder económico con el que buscan retroalimentar ese círculo vicioso, inmoral y destructivo.

El candidato del PRO en Mar del Plata no escapa a esta lógica, con el antecedente tan meritorio de haber sido el Ministro de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destacando en su currículo el haber sido quien reprimió con total ferocidad a los peligrosos enfermos del Hospital Borda en su lucha contra las mafias.

En ese camino, y reflejando sus condiciones, el señor Montenegro aseguró primero que el gasoducto se hacía gracias a la recomposición de las tarifas cuando el que financia el gasoducto es el Estado (y por ende nosotros mismos usando su eufemismo favorito) y segundo asegurando que se terminaba entre junio y julio de 2019. Luego, después de tres atrasos anteriores salió a decir que se había ocupado personalmente que los compresores de las Armas hayan llegado y se instalen y que el gasoducto gracias a su intervención se terminaría y se inauguraría en septiembre'19.

Septiembre ya terminó, aunque no es menor destacar este hecho como no es menor insistir que este impresentable delegado macrista con aspiraciones a jefe comunal dijo que con la terminación del gasoducto los marplatenses tendrían gas a partir de septiembre, cosa que desmentimos, marcando que para que un nuevo usuario tenga gas natural se necesita aún realizar ampliaciones de redes, eventualmente ramales de aproximación o plantas reguladoras además de la propia instalación interna.

Creemos que la aclaración en si no da para más, queda en manos del pueblo de Mar del Plata y Batán creer o no creer, o mejor dicho seguir atrapado en la misma trampa donde se encuentra desde el 2015.

Mar del Plata, 03 de octubre de 2019.