Imprimir


La crisis abierta por el tema retenciones móviles, como todo proceso de cambio (ello significa “crisis”), nos deja un sinnúmero de comprobaciones, reflexiones y perspectivas. 

Significa, en principio, la reafirmación de una particularidad de la sociedad rgentina: un amplio sector de la llamada clase media ─ fundamentalmente sus estratos urbanos terciarios acomodados ─ que, de triunfar la política económica que subyace detrás de las posiciones adoptadas por los sectores enfrentados con el gobierno, se verían nuevamente perjudicados, han reaccionado mayoritariamente con posiciones que reflejan más un odio clasista que una actitud racional. Es comprensible, los tratados de sociología y psicología social nos confirman la necesidad de estas clases, deseosas de “subir” en la escala social, de diferenciarse de la “despreciable chusma” y, muchas veces, la de adaptar las ideas de los de “arriba”. Reiteramos que ello puede entenderse, que no hay “culpa” en esa manera de pensar y sentir y que, dado el indudable perjuicio que esas actitudes han traído al país todo, solo cabe considerarlas, comprenderlas y establecer los procesos culturales, de información y comunicación (aún de cuidado de ciertas formas) para lograr irlas revirtiendo y esclareciendo conciencias. 


Otro de los aspectos importantes y rescatables lo constituye el hecho de los “realineamientos explícitos”. Tras los grandes rótulos: radicalismo, peronismo, etc. se esconden distintas posiciones, aún ideologías disímiles y encontradas. Si esas circunstancias no se blanquean difícilmente se pueda llegar a la madurez política. Esta implica, principalmente, respeto a la idea ajena, conciencia de que cada uno tiene su razón relativa (que cree absoluta) y voluntad de agruparse con todos quienes piensen similar. Hemos visto hoy “toma de posiciones” absolutamente encontradas en personas de común extracción política y considérese que no se estaba discutiendo ─ no se está discutiendo ─ un mero aspecto coyuntural o una medida económica en particular sino un proyecto de país. Es absolutamente saludable para el futuro de nuestra sociedad que los aspectos ideológicos, fundamento de una eficaz acción política, sean la base de unión de los sectores intervinientes. El que piensa distinto y milita en un grupo diferente al nuestro es un adversario con el cual se discute y se convive, alguien en la misma condición que integra nuestro movimiento es un enemigo, un traidor, etc.etc. Bienvenidos los “sinceramientos”, bienvenida la “separación de las aguas”. Parece definitivamente comenzado el proceso que nos lleve a la madurez política de que queden juntos quienes creen en similares principios, ello enriquecerá y enaltecerá la acción política.  

Una tercera cuestión es la apreciación del papel jugado por los medios masivos de comunicación. Resulta ingenuo horrorizarse por las falacias, mentiras, tergiversaciones e hipocresías que se vertieron unánime y permanentemente desde la presunta “información”. Los poderosos, sobretodo los “privilegiados”, no se quedan con chiquitas cuando se trata de defender sus intereses o de ganar dinero y, en una sociedad y un mundo como el que vivimos no ha de ser denunciándolos o indignándose que los haremos cambiar. En realidad no habrán de hacerlo, salvo que les convenga. Más claro ha quedado que es imprescindible limitar absolutamente sus monopolios y permitir una verdadera “libertad de prensa, información y expresión”.

Por último, queda otra definición: al “enemigo” no se lo calma con concesiones parciales, su verdadera vocación es “quedarse con todo” y si bien es imprescindible el equilibrio de no confundir lo que se quiere con lo que se puede, hay que fortalecer sin descanso el campo “amigo”. El tener un panorama más claro de quienes están de un lado y del otro y una situación regional y mundial siempre peligrosa pero mucho más auspiciosa que la de décadas pasadas nos permite sostener un cauto optimismo sobre el futuro. Confiamos en la conducción y nos debe importar más el propio trabajo y un apoyo pleno al proceso emprendido que los “tropiezos” que puedan aparecer.

180708